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El combo de positividad

El término positividad ha empezado a cobrar gran relevancia en el ámbito de la Psicología Positiva, aunque en el Diccionario de la Real Academia Española sólo se encuentra su opuesto: negatividad. En este sentido, a partir de la ya muy conocida frase de George Steiner “lo que no se nombra, no existe” , se puede concluir que a nivel social se ha dado prioridad a la negatividad más que a la positividad. La positividad, según la reconocida psicóloga Barbara Fredrickson, incluye 3 elementos: las emociones positivas, los significados positivos y las actitudes positivas.

Las emociones positivas

Se refiere a sensaciones agradables. Las investigaciones de Fredrickson reportan que son diez las emociones positivas que más experimentan las personas independientemente del contexto en el que se encuentran. Dichas emociones son: alegría, amor, diversión, interés, asombro, inspiración, orgullo, serenidad, gratitud  y esperanza.

Los significados positivos

Se refiere a la evaluación que hace la persona de las circunstancias, los objetos o de otras personas. Algunos ejemplos: “qué linda mañana”, “la vida es hermosa”, “me encanta disfrutar de mi café”, “qué buen equipo de trabajo tengo”.

Las actitudes positivas

Son disposiciones ante los hechos, las circunstancias y las personas. Existe una frase de Cummings muy representativa de este punto: “El sí es un mundo y en el mundo del sí viven todos los demás mundos”. Es decir, se trata de una apertura hacia la vida y hacia las experiencias que ella conlleva.

Ahora bien, ¿cómo impacta la positividad en la vida de las personas? A partir de diferentes estudios científicos, se ha llegado a la conclusión de que la positividad tiene grandes beneficios, entre ellos: mejora la salud, promueve la creatividad, permite reponerse más fácil y asertivamente de los momentos dolorosos, ayuda al desarrollo óptimo de las capacidades de la persona, permite tomar mejores decisiones, aumenta la satisfacción por la vida, etcétera.

Finalmente, es importante no confundir “ser positivo” con “ser iluso”. La positividad no significa: que todo vaya bien siempre en la vida, que no se puedan expresar sentimientos desagradables, que se es indiferente al dolor. Bien señala el padre de la Psicología Positiva, Martin Seligman, “la vida causa los mismos contratiempos y las mismas tragedias tanto a optimistas como a pesimistas, pero los primeros saben afrontarlos mejor”.

Si eres una persona interesada en elevar sus niveles de optimismo, en el Instituto sabemos cómo ayudarte. Contáctanos: informes@institutodelafelicidad.org.mx

 

Alejandra Lopez
Alejandra Lopez
Directora del Instituto del Desarrollo Óptimo, especialista en Educación y Felicidad.

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