¡El conflicto! Un tema que de repente nos saca canas verdes. La verdad es que a la mayoría de las personas nos cuesta trabajo entrarle al conflicto, es común que cuando tenemos un pendiente que arreglar con una persona, le saquemos “la vuelta”, como decimos aquí en México. La principal razón por la cual el conflicto es tan temible es porque la mayoría de las veces nos hace vulnerables, ya sea al reclamo de una persona o a expresar nuestras propias emociones. También puede ser que pensemos: “es que no quiero herir a la otra persona”, que en realidad es, “no quiero sentirme mal”.
Sin embargo, sin conflicto y sin crisis no hay crecimiento, y la psicología positiva lo sabe muy bien. Es por ello que el día de hoy quiero compartirte algunas estrategias que te pueden ayudar a dar ese paso y sacar lo mejor del conflicto. Esta información está basada en las investigaciones que han hecho Reivich y Shattle y también en mi propia experiencia personal y profesional.
¡Así que empecemos!
- Hay que dar el primer paso. Evita postergar demasiado esa plática incómoda. La mejor forma de saber a qué sabe un pastel es probándolo. De igual forma, la mejor manera de aprender de nosotros mismos y de poder sacar algo bueno del conflicto es entrarle de lleno.
- Cuando estés en la discusión o en la conversación con la(s) persona(s) con la que compartes ese conflicto, sólo habla de un tema, eviten mezclar con asuntos pasados o con muchos puntos a tratar a la vez.
- Céntrate en la conducta, en el hecho, no en la persona. Es muy diferente decir: “cómo te atreves, eres un difamador”, a decir, “cuando le contaste a tu hermana sobre algo que yo te había platicado en privado, me enojé mucho”.
- Establece límites. Revisa hasta dónde puedes ceder y hasta dónde no lo deseas. También revisa qué quieres compartir y qué prefieres guardarlo para ti.
- Llega a acuerdos. Si las dos o más partes están dispuestas, hay que construir acuerdos. ¡Ojo! No hay que perder de vista que no es un juego de ganar o perder, sino un acuerdo que ayude o beneficie a todas las personas. Si no hay una solución que aporte a todos, es mejor esperar, tomarse un tiempo y volver a platicar.
- Realiza la plática lo más casual posible. Decirle a alguien: “tenemos que hablar y es muy importante”, puede tener un efecto amenazador para la otra persona. Entre más casual lo puedas abordar, mejor. También trata de hablar lo más sincero(a) posible, no es necesario usar palabras técnicas. De repente a las personas que nos dedicamos a la psicología, coach, o algo similar, nos da por usar las palabras que vienen en los libros. Recuerda que en el conflicto no eres el profesionista, eres la persona, el ser humano de carne y hueso que va a compartir su experiencia y sus puntos de vista.
Por otro lado, también puedes hacerte la pregunta: ¿cómo quiero ser en este conflicto? Quiero ser una persona clara en sus puntos de vista, quiero ser una persona que puede poner límites, quiero ser una persona que es empática con los otros. Si tienes claro este punto será más fácil que aproveches la gran oportunidad de los conflictos: la oportunidad de crecer.
Y bueno, para finalizar me encantaría que nos compartas a ti, qué te ha ayudado para entrarle al conflicto y qué has aprendido a partir de dichas situaciones.