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La conferencia mejor evaluada del Happiness at Work 2019

En la mañana del 7 de Noviembre de 2019, el 4to. Congreso de Happiness at Work contó con la presencia de la directora del Instituto del Desarrollo Óptimo, Alejandra López; quien, con una notable emoción y dedicación, expuso grandiosas ideas sobre cómo implementar y desarrollar algunas prácticas que promueven el bienestar y la felicidad dentro del entorno laboral (pero que a su vez también se pueden implementar dentro de nuestra vida personal). A continuación, una breve reseña de la conferencia mejor evaluada de todo el congreso:

Alejandra inicia su plática compartiéndonos que, a pesar de sus ya 10 años de experiencia ayudando a individuos y organizaciones a incrementar su bienestar, algunas personas aún no logran asimilar la idea de que pudiera dedicarse a ello (llegando incluso a creer que, en realidad, se dedicaba a ser animadora). A pesar de estos malentendidos, Alejandra nos cuenta que su inicio en el ramo de la Ciencia de la Felicidad fue realmente alivianador pues, después de venir de un ambiente en donde se dedicaba a identificar comportamientos violentos, descubrir que se podían promover las emociones positivas resultó como una verdadera bocanada de aire fresco.

Sin embargo, pronto se dio cuenta de que las emociones positivas por sí solas difícilmente lograban cambios perdurables en las personas, por lo que se dedicó a buscar prácticas o metodologías que pudieran lograr resultados firmes y verdaderamente duraderos. Su búsqueda (con ayuda del prestigioso Harvard Study of Adult Development y la célebre escritora estadounidense Brené Brown) la llevó a descubrir que el aspecto humano que más nos ayuda a reafirmar el bienestar es el fortalecimiento y desarrollo de conexiones humanas positivas. Al mismo tiempo, también nos aclara que conectar con nuestros semejantes no necesariamente significa estar rodeado de muchos de ellos. Como ejemplo, nos expone el caso de las celebridades,  quienes muchas veces terminan por sentirse aislados y solos a pesar de la gran cantidad de atención y aparente compañía que pueden llegar a recibir.

Inmediatamente después, Alejandra nos ilustra cómo dicha soledad puede llegar a tener efectos altamente nocivos en las personas, tales como: felicidad decrementada, funciones cerebrales deficientes, paupérrima salud y una mucho menor esperanza de vida; mientras que, como su contrario, las relaciones personales sanas nos ayudan a ser más felices, más inteligentes, más sanos y hasta más longevos.

Pero, ¿cómo podríamos mejorar las conexiones personales y obtener sus beneficios en las empresas y organizaciones? En realidad, y como la misma Alejandra nos lo hace ver, la respuesta es bastante intuitiva: las personas tienen las mismas necesidades dentro y fuera de la empresa. Por lo tanto, la importancia de reforzar las conexiones personales es igualmente importante al interior de cualquier entorno, incluyendo el laboral. Y como muestra de ello, ella se encarga de enlistar los beneficios de tal práctica: mayor creatividad, ya que compartir ideas dentro de un grupo permite nutrir las ideas individuales creando una pequeña inteligencia colectiva; mayor innovación, a través de una mayor disposición al cambio; mayor compromiso, ya que las personas se sienten más cercanas a sus compañeros y jefes directos; y, por último, mucha mayor resiliencia, pues se aprende a resolver los problemas individuales en equipo, creando una sinergia que no sería posible de otro modo.

Posteriormente, Alejandra nos explica que tener mejores conexiones interpersonales en el entorno laboral no sólo nos vuelve mucho más productivos, sino que la felicidad derivada de ellas también puede llegar a tener un gran impacto en nuestra calidad de vida en general. O, en otras palabras, las organizaciones pueden realmente ayudar a sus colaboradores a ser más felices.

Y, a todo esto, ¿Qué significa conectar? Como nos lo explica Alejandra, este concepto contempla los siguientes aspectos:

1.             Autenticidad: Poder mostrarnos como realmente somos y poder expresar lo que realmente deseamos.

2.             Empatía y confianza: Comprender las dificultades que podrían estar pasando las otras personas y preguntarnos cómo podríamos ayudarlas a superarlas.

3.             Responsabilidad: Tener la valentía de admitir nuestros errores o los de nuestro equipo y hacer nuestro máximo esfuerzo por resolverlos sin importar las circunstancias.

Basado en estos aspectos, podemos empezar a vislumbrar que una de las formas más eficientes, prácticas y efectivas de promover y desarrollar estas importantísimas virtudes podría ser a través de… el juego (después de todo, está comprobado que los humanos siempre aprendemos mejor jugando y tenemos más posibilidades de ser genuinos cuando el ambiente es lúdico). Es con esta idea que Alejandra nos presenta (con un notable brillo de emoción incontenible en los ojos) la metodología de “Cuéntame más”, con la cual, a través de preguntas desarrollados con principios científicos y una dinámica divertida y relajada, nos invita a conectar y conocer más a fondo a nuestros compañeros de trabajo.

A continuación, Alejandra decide compartirnos algunas preguntas obtenidas de dicha metodología y las cuales podemos empezar  a preguntar a nuestros propios colaboradores con el fin de fortalecer nuestras relaciones con ellos:

1. ¿Qué te gusta hacer con tu familia y por qué?

2. ¿Cuál ha sido el mejor correo electrónico que has recibido?

3. Platícanos algo que creíste que no podrías lograr.

4. Reto: Dile a algún participante algo que le agradeces. (Sé específico)

5. Comparte algo por lo que te sientes orgulloso de tu equipo.

6. Si hicieran un documental de lo mejor de tu trabajo ¿Qué no podría faltar?

Eventualmente, Alejandra subraya que, para empezar a fomentar una cultura de conexión en el trabajo es indispensable el (re)conocimiento de nuestros colaboradores. Por ejemplo, mostrando curiosidad por cuáles son sus gustos, cuáles son sus disgustos, cómo se sienten en determinado momento y, sobre todo, reconociendo de forma genuina su importancia dentro de la organización.

Por otra parte, Alejandra nos recuerda que, al final, la máxima prioridad de todos son nuestros seres queridos. Y con ese fin en mente, ella nos presenta el juego familiar “Cuéntame más”, basado en la metodología con el mismo nombre y el cual pueden encontrar en la siguiente liga: https://www.cuentamemas.com.mx/. He tenido el privilegio de probar el juego con mi propia familia y los resultados fueron… increíbles. No sólo nos ayudó a descubrir cosas que no sabíamos uno del otro, sino que también nos permitió ser honestos y llegar a un mayor nivel de entendimiento y empatía entre todos. Hubo desde lágrimas hasta carcajadas, y todos llegamos a la conclusión de que ha sido una de las experiencias más reveladoras y satisfactorias que hemos experimentado. Así que, aparte de aventurarse a jugar más con sus familias y sus amigos, los invito a atreverse a conocer y conectar más con ellos de una u otra forma. Yo siempre termino sorprendiéndome de cuánto me falta aún por descubrir de aquellos que considero verdaderamente cercanos.

Por último (y fue la parte que a mí más me dejó pensando) Alejandra nos cuenta que, después de ser mamá, le regaló un libro con dedicatoria al papá de su hija en la que, entre otras cosas, escribe que su deseo más grande es, y cito: “Que ella [su hija Lola] se sienta conectada a algo más grande, lo cual implica amarse, amar a los demás y atreverse a caminar por tierras salvajes con el valor de ser auténtica y con el compromiso de aportar valor a los demás.” Dos días después de entregar el libro, Alejandra se dio cuenta de que había olvidado mencionar lo más importante: el deseo de que Lola fuera realmente feliz. Al hacerle esta observación a Genaro, el papá de su hija, él le contestó: “Ale, es que tal vez la felicidad es eso que tú escribiste aquí: [que Lola pueda] conectar con los demás, amarse a ella misma, aportar valor a los otros y hacer algo por este mundo”.

Al finalizar la conferencia, Alejandra menciona que no sólo se dio cuenta de que Genaro tenía razón, sino de que en realidad eso que deseaba para Lola, también lo deseaba para su equipo, sus clientes, sus alumnos y sus espectadores.

Como última nota personal, me gustaría añadir que creo que ella fue muy modesta al decir que sólo les “deseaba” la felicidad pues, para una mujer que se ha dedicado por 10 años a encontrar nuevas formas de generar bienestar en la humanidad y, además de eso, fundó un instituto -¡Un instituto!- enfocado exclusivamente a dicho propósito, sin mencionar los cuantiosos logros y reconocimientos que ha obtenido en el camino, creo que en realidad Alejandra no sólo ha deseado un mundo feliz, sino que ha tenido el valor de dedicarse en cuerpo y alma a hacerlo realidad. Y es por ese pequeño enorme detalle, que yo realmente la aprecio y la admiro.





Yves Miguel Silva González
Yves Miguel Silva González
Un joven que cree que la vida puede ser maravillosa si nos atrevemos a tomar la responsabilidad de nuestro ser a través de nuestra mente, cuerpo y emociones.
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