¡Hola de nuevo a todos! Como lo prometí, continuaré con mi “especial” de tres partes sobre la disciplina. Sin embargo, antes de eso me gustaría contarles la razón por la que me inspiré a compartir esto con ustedes. Verán, hasta hace unos meses dentro de mi familia y mi grupo de amigos era conocido como el indeciso e indisciplinado. Aunque me molestaba, la verdad es que tenían razón: solía dejar la mayoría de mis proyectos sin acabar. Por ello, un día decidí hacer algo al respecto y fue cuando descubrí el verdadero poder de la autodisciplina y me dispuse a reforzar ese aspecto de mi vida y ver qué pasaba. (Como nota adicional, autodisciplina significa “Disciplina que una persona o los miembros de un grupo se imponen voluntariamente a sí mismos sin ningún control exterior”). Y aunque al día de hoy no les puedo decir que soy un maestro de la disciplina ni que me he convertido en alguien sumamente constante y dedicado, sí les puedo asegurar que haber trabajado en ese aspecto de mi persona ha incrementado mi calidad de vida en, al menos, un 200%. Personalmente creo que esta notable mejoría se debe más a los pensamientos y perspectivas que cambiaron dentro de mí que a las acciones que pude lograr derivado de ese cambio. En pocas palabras, diría que la práctica de la autodisciplina me ha hecho sentir mucho más cerca de mis sueños y mi felicidad mientras al mismo tiempo me ha ayudado a aprender a disfrutar más de la vida en su totalidad.
Habiendo explicado mis razones, me gustaría proceder a compartir con ustedes tres métodos o técnicas que me han ayudado a incrementar mi autodisciplina a lo largo de mi vida -sobre en los últimos tiempos-.
1.- Modifica tu entorno para que tomar acción sea más fácil
Como mencionaba en la anterior publicación, la realidad es que solemos dejarnos llevar por nuestros impulsos más de lo que nos gustaría reconocer. Por otro lado, también es cierto que resistirnos a las tentaciones tampoco es tan sencillo ya que, literalmente, se requiere un esfuerzo y una voluntad genuinos para poder lograrlo. Además, por si fuera poco, estudios recientes han comprobado que nuestra fuerza de voluntad no es ilimitada y entre más la usamos, más se va desgastando y más trabajo nos costará seguirla usando. No obstante, existe un factor en nuestra vida que, sin importar nuestras circunstancias, todos podemos configurar al menos un poco en nuestro beneficio: nuestro entorno. La idea de esto es que siempre existen oportunidades de personalizar alguna parte de nuestro ambiente para hacernos más fácil lograr nuestras metas y más difícil no lograrlas. Por ejemplo, si nuestra meta es bajar de peso, una de las mejores cosas que podemos hacer es deshacernos de todas las frituras y comida no saludable que tenemos en nuestra casa y reemplazarla por vegetales, fruta o semillas. De esta manera, si en algún momento nos entran las ganas de agarrar un snack o nos da hambre, lo único que tendremos a la mano será comida saludable y para conseguir comida chatarra tendríamos que salir a la tienda a comprarla, lo cual conlleva un muchísimo mayor esfuerzo y será mucho menos probable que cedamos ante la tentación. Como dije antes, la idea es ponernos a la mano las herramientas que nos ayuden a llegar antes a nuestros objetivos y alejar o neutralizar aquellas que limiten u obstaculicen nuestro avance
2.- Medita
La mayoría de nosotros hemos escuchado una y otra vez que meditar tiene beneficios casi milagrosos en el organismo y que deberíamos haber empezado a meditar desde ayer pero ¿cómo es que meditar nos ayudaría a hacer más disciplinados? La respuesta es que no importa qué forma de meditación hagamos, todas tendrán siempre un mismo efecto particular: el reforzamiento de nuestra capacidad de atención. Y siguiendo esta línea de pensamiento la disciplina no es más que la habilidad de poder mantener nuestra atención en una cierta actividad por una cantidad de tiempo determinada. Al fin y al cabo, donde reside nuestra atención es también donde siempre estará nuestra capacidad de accionar. En resumen, la práctica de la meditación nos brinda la posibilidad de aumentar nuestra capacidad de decidir conscientemente hacia dónde queremos dirigir nuestra atención y, por lo tanto, nuestras acciones y emociones. Y en un mundo tan acelerado, cambiante y lleno de información como el nuestro, dicha capacidad se está volviendo cada vez más escasa y, por la misma razón, más valorada.
Así que si nunca lo has intentado y te gustaría probar esta experiencia, te recomiendo empezar con meditaciones guiadas de atención consciente que puedes encontrar en YouTube. Créanme, al menos una semana de práctica es capaz de abrir nuestra perspectiva a una dimensión completamente nueva en nuestras vidas.
3.- Ponte recordatorios
Quizá suene ridículo pero una de las razones más comunes por las que las personas no hacen lo que tienen que hacer cuando deben hacerlo es porque se les olvida hacerlo. Esto se debe a que, aunque hasta ahora sea la estructura más compleja del universo conocido, nuestro cerebro tiene un límite de recuerdos que puede almacenar y procesar en cualquier momento. Para compensar esto, una de las mejores cosas que podemos hacer es ponernos recordatorios en formas de alarma o notas para las actividades que no queramos olvidar hacer. Además, los recordatorios externos cumplen otra función importante además de, bueno, recordar: también nos ayudan a liberar espacio mental porque nos permite poder dejar de estar pensando en lo que tenemos que hacer y/o a qué hora tenemos que hacerlo. Mi recomendación personal es que se hagan amigos de la tecnología y usen sus celulares para ponerse alarmas o recordatorios simples (Google Calendar es mi herramienta predilecta para dicha función). La idea es que nunca más se les vuelva a pasar la hora de hacer lo que sea que tengan que hacer para alcanzar sus sueños y de esta manera llegar a ellos muchísimo antes de lo que habían imaginado.
Finalmente, me gustaría invitarlos a que prueben aunque sea alguno de estos tres métodos y nos escriban abajo en los comentarios qué les pareció, cómo se sintieron y qué impacto tuvo en sus vidas. Y sí ya habían experimentado con ellos o ya los aplican en su día a día… ¡También anímense a contar su experiencia!. Espero esta información les haya sido de utilidad y no olviden compartirlo si creen que podría serle de ayuda a algún ser querido. Después de todo, a idea es crear en comunión un mundo más pacífico, más sano y, por supuesto, ¡mucho más feliz!
Enviar WhatsApp